Hace varios veranos, un par de clientes de largo recorrido, nos pidieron que les propusiéramos una ruta por el norte y les invitamos a rodar la ruta de la brujería. Les pareció de pocos días y quedamos en ampliarla. Como el tema iba de cuevas y brujas buscamos por los alrededores y dimos con Lurpea, una iniciativa que reúne a 8 cuevas de Euskalherria que quieren ayudar a descubrir el “Sexto Continente”. Nuestros clientes rodaron una semana desde Irun a Baiona y el Iparralde, para entrar en Navarra por el valle del Baztan y regresar a Irun. Ya conocíamos bien casi toda la ruta, pero no así el tramo por Francia, de tal forma que se lo exploraron ellos y todo salió bien, puesto que han seguido repitiendo con nosotros.
Las cuevas de Lurpea se distribuyen por Bizkaia, Gipuzkoa, Navarra, Lapurdi y Baja Navarra; y pedalear un recorrido que las uniera a todas en bici es complicado. Así que haciendo uso de la red de trenes de la zona hemos podido diseñar una ruta de 12 días, con un día de descanso en medio, que comienza en Bilbao y termina en Baiona. Cada cueva tiene algo que contarnos, y en este sentido, cada cueva se centra en algún tesoro del mundo subterráneo. Por otro lado, la/el guía de la visita es el que tiene la mitad del mérito de una visita. Y en este sentido, el nivel de las y los guías que nos hemos encontrado está entre muy bien y mejor.
La cueva de Pozalagua, en el valle de Karrantza, nos muestra una de las mayores concentraciones de estalactitas excéntricas del mundo. La cueva de Arrikrutz, cerca de Oñati, nos muestra un esqueleto completo de un León de las Cavernas, el primer ejemplar descubierto en todo el Estado. La cueva de Ekainberri, en Zestoa, está cerrada al público para su mejor conservación. Pero gracias a su fantástico museo, podemos conocer una réplica exacta a la cueva original, donde descubrir caballos, ciervos, osos y bisontes de esta obra artística única en el mundo, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad en 2008. La cueva de Mendukilo, en Astitz, un pueblito en las faldas de la sierra de Aralar, era un establo de montaña utilizado como refugio de pastores durante siglos. Aquí podemos conocer “La morada del dragón”, una sala de descomunal volumen, en algunos puntos con 25 m de altura. Y para el que quiera hay actividades de espeloaventura. Ya en Francia, la cueva de Lezea, cerca de Sara, no han servido solamente para alojar alos seres humanos... También han albergado una fauna muy variada con sus famosos murciélagos todavía presentes hoy en día. Estas cuevas han sido catalogadas de interés internacional por causa de las numerosas especies de murciélagos que resguarda. Al lado se encuentra la famosa cueva de las Brujas de Zugarramurdi, un conjunto cárstico superficial famoso por ser el escenario de las celebraciones paganas donde se ejercía la brujería. Y unos pocos km más se encuentra la cueva de Ikaburu, en Urdazubi, erosionada por el río Urtxume y habitada desde el Paleolítico fue refugio durante la guerra de independencia e importante escondite de contrabandistas. La cueva de Isturitz y Oxocelhaya, cerca de Donamartiri, también en Francia, es mundialmente conocida por los arqueólogos gracias a la riqueza de sus descubrimientos, con más de 45000 piezas registradas, así como por sus grabados de caballos y bisontes.
Con esta ruta inauguramos Arqueobici, nuestras rutas arqueológicas en bicicleta.