Hace muchos años estuvimos allí, celebrando que nos íbamos a rodar el mundo en bicicleta… Y desde entonces no había vuelto. Claro, está lejos de casa… Pero este mes de marzo estaba un buen día en Almería con mi bici, y me puse a pedalear por el carril-bici al lado del mar rumbo al cabo de Gata!
A pesar de las fechas hace calor, ruedo al lado del mar, azul intenso, con una brisa ligera, de lujo. Busco sendas para evitar la carretera local, que al final se convierten en una trampa de arena. Llego a la mega urbanización del Toyo. La atravieso por los carriles-bici y por fin entro en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. A los pocos km aparece la Torre García, la ermita de la Virgen del Mar, la antigua fábrica de salazón romana, campos de agave… y más arena. A tramos empujo la bici y llego al pueblo de cabo de Gata. Unas pistas rodean las salinas, los flamencos están cenando, el sol se pone sobre La Almadraba de Monteleva y su iglesia.
Al día siguiente comienzo temprano la subida por asfalto, y su descenso al faro del cabo de Gata. Después viene otra subidota hasta el paso de la Vela Blanca, y un buen descenso hasta la playa de Mónsul, muy chula, con su gran duna. Luego la playa de los Genoveses, su duna fósil, y una buena cantidad de visitantes. Un poco más y llego a San José, el pueblo más grande. Acaban de abrir un carril-bici hasta el Pozo de los Frailes, y decido rodarlo. Unas señales del IMBA me llevan a un sendero del Parque, con tramos trialeros, vadeos con piedras sueltas, y par de pasos técnicos, hasta Los Escullos, con su buena playa, duna fósil, y castillo.
Un poco más de subida por carretera me lleva a Rodalquilar. En el jardín botánico hay agua y buenas sombras. Sigo subiendo a las antiguas minas de oro. La pista rodea el cerro del Cinto, pasa por antiguos poblados mineros. La fiebre del oro deja una montaña despedazada. Llego al Cortijo del Fraile, famoso escenario de westerns famosos y relatos clásicos. Paso una zona de plantaciones tochas, ruinas de cortijos y la antigua carretera, que me deja en el barrio de Hortichuelas, cerca de Las Negras. La carretera pica para arriba y llego a Fernán Pérez, relleno agua y me voy a pasar la noche al raso. La carretera local es bastante rápida y sin mucha señalización, sin pintar, brrrrr.
Otro día más y pedaleo por buenas pistas, hasta que el sendero se mete por la rambla de un arroyo seco, divertida pero con tramos arenosos, grrrr. Así llego a Agua Amarga. Una subidita más hasta la Mesa de Roldán para disfrutar unas vistas espectaculares de la costa. Regreso a Agua Amarga, y tras un buen almuerzo me voy a conocer a su olivo centenario. La carretera lleva hasta la nacional y sigo por el antiguo trazado hasta la Venta del Pobre y desde aquí ruedo por la vía verde. El recorrido pasa de las plantaciones hasta un desfiladero, y mediante una buena pasarela nos deja en una carretera local por donde antes iba el tren. El siguiente viaducto esta roto y hay que pasar por la rambla. Y el último tramo de vía verde está fenomenal tras la intervención del municipio de Lucainena de las Torres. Visito los hornos de calcinación, hay sólo una pequeña tienda en la plaza donde comparto una charla amena con los lugareños y relleno agua.
Al día siguiente la carretera sigue con subidas. Antes de llegar a Turrillas, desciendo por pistas y más carreteras locales hasta los masivos huertos solares de Naturgy. Uniendo pistas, barrios, y carreteras locales, llego a Tabernas, con su plaza llena de restos de cera por las procesiones, y su colección de pasos en la iglesia. La antigua carretera nacional atraviesa el desierto, con sus fáciles descensos, y los parques mediáticos dedicados al mundo del cine. Entro en Almería por la nacional, mala opción. Llego al centro y tras un buen refrigerio, salgo de nuevo a buscar una buena alternativa por carreteras locales. Triunfada total y bus nocturno de vuelta a casa.