Este verano me di una vuelta por el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina, donde nacen los ríos Carrión y Pisuerga, en un entorno de alta montaña, con bosques de haya y roble, lagos de origen glaciar y un notable conjunto de arte románico. Mi hermana ya recorrió la zona y me regaló un libro con rutas en bici: Rutas BTT y Cicloturismo en la Montaña Palentina. 25 rutas circulares, de David Villegas y Vidal Roja. Tras echarle un vistazo y ponerme los dientes largos me lancé una semanita para rodar por allí.
Unos amigos me dieron un empujón en coche hasta el puerto de Piedrasluengas, desde donde empecé la rodada. Unos km de asfalto en descenso y pronto llego al pueblo de Casavegas. A partir de aquí la pista pica pa’rriba y me lleva a la línea de cumbres, desde donde se ven los Picos de Europa. Rampas duras, algún empujón, paso el chozo Velasco (en buenas condiciones). Manadas de caballos, y rebaños de vacas pastan a sus aires, alguna tenada. Sigo por pistas rotas. La norte del pico Curavacas aparece imponente sobre el valle glaciar de Pineda. Una pista destrozada llega al fondo del valle. No quiero ni pensar en como debe de ser la subida. Hay muchos refugios a lo largo del río Carrión (en distintas condiciones).
En pocos km llego a Vidrieros y continúo hasta Triollo en asfalto. Pillo algo de zampa y agua y salgo por la ruta de las Cuencas Mineras. La lluvia amenaza por la noche. Tras unas pocas gotas amanece día radiante y el desayuno consiste en subir al collado Rincada y descender al refugio ermita Cristo Sierra (también en buenas condiciones). Pista abajo llego al pueblito de Valcobero, abandonado y ahora recuperado por sus antiguos pobladores. Una bonita historia. Sigo ya en asfalto por el borde del embalse de Compuerto y unos km en pistas hasta Velilla del Río Carrión y por carretera a Guardo.
En Guardo pasé por la biblio para cargar el móvil y pillar wifi. Unas compras de rigor y a seguir por pistas y asfaltos al Santuario Virgen del Brezo. Agua y wc. Un tramo brutal por la cabecera de un valle, con una par de collados me regalan mi primera cagada de oso y un rebeco. Impresionantes ambos. Caballos salvajes, y vacas sueltas hasta el chozo de la Espina (muy buenas condiciones). Fuente y noche vip.
Amaneció de lujo y descendí el asfalto y luego la divertida senda a orillas del embalse de Cervera. Llegué a Cervera de Pisuerga y repetí avituallamiento y wifi. Día espléndido para hacer las pistas a lo largo de campos de secano y templos románicos hasta Aguilar de Campoo. Kebab. Hay un buen carril-bici hasta el puente romano de Nestar, y una carretera de montaña preciosa hasta Brañosera. A partir de aquí me comí un infierno en la subida al Cueto Morales. Mejor la alternativa desde Barruelo. El descenso mejora todo y en el valle me encuentro con las fiestas del pueblo. La música retumbó toda la noche.
Pistas muy deshechas me llevan al valle del Pisuerga. Lo que sigue no mejora mucho. Segunda cagada de oso. Hay una reserva cercana. En una rampa oigo un jadeo tras de mí y me encuentro a un perro salvaje. Tras el primer susto siguió una bonita compañía las dos horas siguientes, mientras buscábamos el paso para llegar a Piedrasluengas. El encuentro del perro con las primeras vacas acaba con la huida de mi escolta. En un par de km de buenas pistas llegaba de nuevo al puerto de Piedrasluegas. Mejor la alternativa por Polentinos y Lebanza. Una ruta circular bonita y peleona.