Volvemos a Soria

La ruta de los Torreones

Cuando estaba rodando El Camino Antonino en bici pasé por Masegoso y vi su llamativo torreón. Allí también había un cartel que anunciaba una ruta por unos cuantos torreones del valle del Rituerto. Hmmm… Una buena excusa para volver a pedalear por las montañas sorianas.

Soria fue durante siglos zona fronteriza entre cristianos y musulmanes. Los musulmanes construyeron una red de torres de vigilancia diseminadas por todo el paisaje, que podían comunicarse entre si rápidamente. Mil años después, algunas de ellas han llegado en buen estado y han sido integradas en sus respectivas iglesias, como en Aldealpozo, o Hinojosa del Campo; mientras las de La Pica, Masegoso o Castellanos se alzan en despoblados; y otros como los de Jaray, han corrido peor suerte, encontrándose en ruina. En Noviercas se encuentra el torreón mejor conservado de la provincia, y ha sido transformado en un Centro de Visitantes . Es la única pieza que se encuentra abierta al público, con una altura de 20 metros, de planta cuadrada, sin apenas ventanas, construido con piedra y argamasa.

Así que hace poco llegué a Aldealpozo con la bici y con los primeros rayos de sol me puse a rodar. En su iglesia encuentro la primera torre musulmana del siglo X, adosada al templo, y ahora convertida en campanario. Unos pocos km de pistas por llanos cerealistas me llevan al despoblado de la Pica, donde un torreón aparece en lo alto de una colina. Torre defensiva, de origen musulmán, en la puerta de acceso, ya de construcción posterior, tiene grabado un castillo de tres torres almenadas en el dintel.

Siguiendo pistas y rastrojos, donde de vez en cuando aparecen los huidizos corzos, llego al pueblo de Tajahuerce. Es domingo y la España vaciada muestra sus pueblos prácticamente sin actividad. En un cerro a las afueras de Jaray se encuentran los restos de un torreón y una iglesia mozárabe. En época posterior (siglo XII), se construyó otra torre al sur formando una pequeña fortaleza de planta triangular.

Unos pocos km más por pistas y llego a Hinojosa del Campo, donde en su iglesia vemos como se reutilizan dos torreones: el más antiguo (musulmán) fue convertido en campanario tras la Reconquista. La torre mayor es posterior (cristiana) y sirvió de cabecera a la primitiva iglesia románica.

Una colina separa a Hinojosa de Noviercas, donde se encuentra un espectacular torreón medieval. Esta esbelta torre del siglo X, de 23 metros, conserva su tipología original, cuatro pisos más la azotea, En el sótano, una cámara semienterrada que haría las funciones de granero y un pozo alimentado por un manantial, garantizaban la supervivencia en estancias prolongadas.

En su interior alberga el Centro de Visitantes de la Ruta de los Torreones. Siempre mediante cita previa se puede conseguir la entrada conjunta para visitar el torreón y el Museo de Gustavo Adolfo Bécquer. Resulta que el poeta romántico pasó largas temporadas en Noviercas, entre 1860 y 1870, en compañía de su esposa Casta Esteban, donde además de conservar la casa en que vivió el poeta, también le ha dedicado un museo.

Rodamos por el piedemonte de las sierra del Madero hasta Pozalmuro, en cuyo municipio encontramos la calzada romana y el despoblado de de Masegoso, con su hermoso torreón, su fuente las ruinas de su iglesia y su trágica leyenda.

“En época lejana, el pueblo de Masegoso era muy rico y floreciente, pero toda la riqueza se hallaba concentrada en dos poderosas familias que se profesaban un odio irreconciliable. La una era la de Julián Alvarez, que tenía una gran fortuna en ganados, y la otra la de Andrés Orozco, que se dedicaba a la agricultura y cuyos graneros eran los mejores del país. Ambas familias se disputaban la propiedad del torreón y habían tenido un ruidoso pleito.
Adela y Manuel, vástagos de ambas familias, quedaron prendados el uno del otro, y con ayuda del párroco del pueblo, los padres se reconciliaron y dieron permiso a la boda… Pero llegó Lázaro, un sargento, y nieto de la vieja bruja del pueblo, que quedó prendado de Adela; y junto a su abuela planeó conseguir cancelar el enlace.
Todas las noches, Lázaro disfrazado de fantasma asustaba a los vecinos de Masegoso desde el torreón con golpes, arrastre de cadenas y gemidos. Pero fue descubierto por Manuel, quien fue herido de muerte de manos del sargento. Este acto, le hizo ganarse el desprecio de todo el pueblo, y Lázaro fue detenido. Al pasar por la fuente del pueblo, pidió permiso para beber, y mientras, echó en el agua unos sapos negros, venenosos. A media mañana varios vecinos se sintieron enfermos y repentinamente murieron. Cuando los vecinos de los alrededores acudieron, encontraron Masegoso sembrado de cadáveres, en el monte los pastores muertos junto a sus rebaños, y bajo una carrasca, una niña blanca que parecía dormida.”

Si seguimos por pistas llegamos a Villar del Campo, pasamos la carretera nacional, luego bajo la antigua vía férrea y finalmente al despoblado de Castellanos, con su torreón defensivo del siglo X. Conserva una altura de 14 metros, y escasos restos de las almenas que alguna vez tuvo. La ruta sigue hacia el próximo pueblo de Valdegeña, y mediante más pistas regresamos a Aldealpozo.