De nuevo tenemos que agradecer a un amigo su ayuda en la exploración de otra ruta por Segovia: el camino de San Frutos. Jabuti, que tiene una casa en La Losa, ya nos ayudó a diseñar y explorar la ruta de los cañones del Pirón y Viejo, de las Delicias segovianas, etc… Fue entonces, de vuelta de Turégano a Segovia, cuando vimos los carteles del camino San Frutos, en Zamarramala. Y nos picó la curiosidad…
Nosotros no somos religiosos, pero las hoces del Duratón nos encantan y siempre es interesante tener excusas para visitar lugares que te gustan mucho. Así que un buen finde de primavera, empecé en Segovia subiendo la cuesta de Zamarramala. Dejo a un lado las canteras conocidas como “Peñas labradas”, de donde salieron varios monumentos de la ciudad. Una vez arriba se ve el incomparable alcázar segoviano, y las primeras señales del camino. Llego a La Lastrilla, ahora casi un barrio de Segovia y sigo. Al cruzar bajo la autopista A-601 tuve el primer despiste. Como me hice un track me ayudó a rectificar para llegar a Espirdo y luego a Tizneros.
Un descansito, un poco de agua y a seguir por pistas hasta Basardilla, donde se puede disfrutar de su iglesia: una de esas joyitas del románico que encontraremos por el camino. Como la del siguiente pueblo: Santo Domingo de Pirón, que conocemos de nuestra ruta por los ríos Pirón y Viejo. Más pistas y paso el cruce de las dos rutas propuestas para el camino: yo sigo la ruta 1 hasta Pelayos del Arroyo. La falta de señalización me la jugó otro par de veces y despistes hasta llegar a Torres Val de San Pedro. Es finde y encontré un bar recoleto donde parar un poco y tomarme un buen bocata. Un par de km de pistas y llegué a Valle de San Pedro. Otro par de despistes y con una rampa brutal llegué a Pedraza. Visita a la Casa del Águila Imperial. Mola. Saber un poco más lo mucho que tenemos al lado de casa…
Seguí por pistas hasta Orejanilla y La Matilla. El recorrido va cambiando. Desde el paisaje de pie de la sierra, me voy metiendo en la Segovia caliza de los páramos, las hoces y cantiles, donde dominan los enebrales. Unas pistas más y llegué a Valdesaz, y un poco más adelante flipé con la imagen del castillo de Castilnovo. Ahora está dedicado al negocio de las bodas, no perdáis el tiempo. ¡Cómo está Castilla! Unos km más y llegué a las orillas del río San Pedro, donde pasé la noche.
Al día siguiente subo por pistas Consuegra de Murera y luego Villar de Sobrepeña. Estoy en terrenos conocidos. Por aquí rodamos en nuestra ruta de las hoces del Duratón. Descendí en asfalto hasta el puente de Villaseca y luego unos pocos km de subida al pueblo. Desde Villaseca hasta la ermita de San Frutos son 5 km en pistas, ya con tráfico y muchos visitantes. Estas hoces son tan bonitas… Ya lo sabía hasta san Frutos. El agua embalsada inunda los meandros del río Duratón. Los buitres leonados son los principales sujetos de estos hermosos paisajes.
Aquí vino San Frutos pajarero desde Segovia. Sus padres murieron y junto a su hermano Valentín y su hermana Engracia decidieron dar todo a las y los necesitados. Ellos se vinieron a estos rincones a hacerse eremitas. Aquí murió y fue enterrado el santo. Luego vinieron las leyendas, los prioratos, las devociones, el traslado de sus restos a la catedral de Segovia, el patronazgo de la diócesis, las romerías…, la historia.