Como ya os hemos comentado, hemos comenzado a ofertar más rutas temáticas, y entre las pensadas para explorar la gastronomía de nuestras tierras, no podía faltar una dedicada a la estrella de nuestras bebidas: el vino. Así que como primer nombre de nuestra carta de vinos, hemos elegido algo acorde a Cómo queremos hacer nuestras rutas: que sean limpias, inviertan en el desarrollo local, y nos ayuden a conocer el entorno mejor. El resultado ha sido la bodega Pincelada, que lleva 16 años produciendo vinos ecológicos en Morata de Tajuña.
Tanto ellos como nosotras somos miembros del Mercado de Economía Social de Madrid, y tuvimos oportunidad de conocernos en persona durante la última Feria del MESM. La visita llegó el pasado mes de noviembre y dada la proximidad, hicimos una ruta sencillita de un día. Tomando el metro hasta Arganda del Rey, y rulando desde aquí por la vía verde del Tajuña, llegamos a la bodega en bici en algo menos de dos horas desde la puerta de casa. Allí nos recibió Juan, y nos contó sobre la historia del proyecto, el proceso del vino, la vega del Tajuña y todo lo que se nos ocurrió preguntarle. Allí también pudimos ver las instalaciones de la bodega, los fermentadores, los decantadores, los barriles de roble..., catar y degustar el vino sin excesos, que luego tocaba pedalear.
Tras el almuerzo tomamos las pistas que atraviesan la vega, donde además de los viñedos, podemos descubrir humedales como la laguna de San Juan, donde avistar alguna ave migratoria o limícola. Las pistas nos dejan cerquita de Titulcia, donde el Tajuña tributa sus aguas al Jarama. Unos pocos km más de pista nos llevan hasta Ciempozuelos, desde donde podemos tomar el tren de cercanías de regreso.
Para aquellos con ganas de más, Juan nos plantea pasar allí un par de días, el primero dedicado a conocer sus vinos, y el segundo sus aceites, con visitas a los viñedos y a la almazara del aceite en el vecino pueblo de Perales de Tajuña, adonde, por cierto, se llega por la vía verde.