Cuando regresábamos de rodar por la Costa Norte Galega paramos a conocer Las Médulas, un Monumento Natural, reconocido hace pocos años como Patrimonio de la Humanidad. La verdad es que el paisaje que ha quedado de la floreciente minería del oro que desarrollaron los romanos a lo largo del siglo I es sobrecogedor. Tras su técnica del ruina montium han quedado montes descarnados y toneladas de tierra de aluvión que ha modificado el paisaje hasta generar lagos artificiales, como el lago de Carucedo.
Allí supimos de los asentamientos celtas, del valle del silencio, de las canteras de pizarra, del Camino de Santiago de Invierno, de los cientos de km de canales, de las iglesias mozárabes, de las plantaciones de castaños… y de las pistas que subían a los montes Aquilianos. Ah! Y del botillo! Muchos buenos motivos para darse un garbeo en bici.
Así que el pasado verano me fui una semana a subirme a los montes Aquilianos, el borde sur de la hoya del Bierzo, que guarda cientos de bonitos km de carreteras, pistas y caminos. Desde Ponferrada comencé a remontar las aguas del río Valdueza y a adentrarme en la Tebaida berciana, el corazón de la espiritualidad de la comarca durante varios siglos. Se suceden los pueblos pequeños con su típica arquitectura de casas balconadas. Las cuestas se pronuncian y en Montes de Valdueza descubro los restos del monasterio de San Pedro. Un poco más arriba, en Peñalba, la conocida iglesia de Santiago muestra otro ejemplo más del esplendor religioso de otras épocas.
Las pistas que suben a los montes son demasiado duras para sacarlas con alforjas, así que me desvío por las carreteras de montaña que suben al Morredero y llegan hasta la base del Teleno, el techo de los montes de León. A estas alturas se han quedado bien abajo los bosques. Rodeo los montes y desciendo por el valle de Cabrera. De la cabecera de este río se obtenía el agua que llegaba a Las Médulas para el derrumbe del monte. Vuelven los bosques y los pueblitos, pero la actividad de las canteras ha transformado claramente este valle. Desde Yeres asciendo al mirador de Pedrices, desde donde vuelvo a admirar el llamativo color de las laderas descarnadas en contraste con los castañares.
Dentro del Monumento Natural de Las Médulas hay itinerarios de bicicleta señalados. Yo tomé uno para descender del pueblo a Carucedo, y acabé en la Casa del Parque. Allí el simpático guía me convenció para que rodara las pistas que recorren gran parte de la cresta de los montes Aquilianos. Un buen sitio donde informarse. Finalmente, fui de nuevo hasta Peñalba de Santiago, regresé a Carucedo por la vega del Sil y volví a Ponferrada por el camino de Santiago de Invierno. En total me recorrí 4 veces los montes de este a oeste. Una buena pechada pero muy, muy disfrutona. Gran sitio este Bierzo.
Reflexión: Durante los años de gobierno socialista en la diputación leonesa, se promovió un proyecto de turismo en el Bierzo muy interesante: “la mirada circular”. Otra vez una buena idea que nació (hay señalética en los caminos) y se enterró debido al cambio de color en el gobierno de turno. Brrrr.