Por el Camino Antonino

El camino Antonino

Un día fuimos al festival Enclave de agua, en Soria, por cierto, muy recomendable si te gusta la música soul y tal. Deambulando por las riberas del Duero vi el cartel: Camino Natural del Agua Soriano-Camino Antonino.  Y me pico la curiosidad. Lo vi por internet, siempre admire a los romanos, Numancia, una calzada,… no hace falta que me cuentes más. A por él.

Así que este pasado verano, y desde Tudela, comencé este Camino Natural. Desde la estación de tren ya se pueden ver las indicaciones para rodar la vía verde del Tarazónica, y en pocos metros ya estamos en los campos de cultivo de la vega del Ebro. La vía verde es una larguíiiisima recta con poca pendiente ascendente que va pasando por las antiguas estaciones de Murchante, Cascante, Tulebras, Malón. Todas en estado de desuso o ruina avanzada. A pesar de tener las instalaciones de las fuentes de agua están clausuradas. Brrr… Llegamos a Tarazona y me encuentro ante una hermosa ciudad, de impresionante arquitectura a lo largo del río Queiles, con sus siglos de historia… Salimos por los altos, con vistas fenomenales y siguiendo el curso del río pasamos por el frondoso parque de Lombacos, y un poco más adelante por Los Fayos y su famosa cueva del Caco.

Un poco más y llegamos a Vozmediano, con su bonito castillo y la surgencia del río Queiles, ¡la segunda más abundante de Europa! Se sale en medio de unas cuestas que nos pedirán bajarnos y  un empujón, hasta llegar cerca de Aldehuela de Ágreda, a los pies del Moncayo. Desde aquí ya os conté por donde nos fuimos a rodar el Moncayo, así que seguimos por el Camino Antonino.

Un buen descenso hacia Ágreda con vistas de los altos de la meseta castellana. Bonita villa con pasado de las Tres Culturas,  y todos los servicios. Sigo unas pistas hasta Muro de Ágreda, donde se asentó Augustóbriga, la ciudad romana, sobre otra anterior celtíbera, que servía de paso a la cañada entre Caesaraugusta (Zaragoza) y Asturica Augusta (Astorga). Pega el sol y me tomo una cerveza con torreznos  en el hogar del pensionista, auténtico centro social del pueblo. Y con el centro de visitas cerrado no me queda mucho más que seguir pedaleando.

Buscando mejores alternativas me voy a Ólvega. Los restos de la antigua vía están impracticables o desaparecidos. Desde Ólvega voy por carretera hasta la fuente de Juan Cañón y subo una buena pista para atravesarla sierra del Madero y bajar a Pozalmuro. Curiosa iglesia y sigo hasta Masegoso, un despoblado con una impresionante torre medieval. Y agua. Veo un cartel de una ruta de los torreones medievales de Soria. Hmmm… ¿Otra ruta?

Sigo recortando  y cruzo la carretera nacional en Aldealpozo, con otro torreón medieval, este integrado en la iglesia. Mola. Lástima que aquí ya casi nadie vive. Más pistas y más pueblos, Arancón, Aldehuela de Periañez, Renieblas. Más agua. Se pasan las ruinas de uno de los campamentos romanos que Escipión construyó para el asedio de Numancia. Llego a Garray y visito las ruinas de la famosa ciudad celtíbera, el icono de la resistencia a la romanización: Numancia. Muy recomendable visita para saber del pasado celtíbero, y más recomendable la parada en el Aula Arqueológica. Una pista más nos lleva a Soria, dejándonos en la circunvalación y el anillo ciclista por el que podemos adentrarnos en la ciudad. Otra de romanos.

Reflexión

La buena noticia es que desde el Ministerio de Fomento se diseñan y proponen Caminos Naturales y rutas largas para recorrer a pie o en bici. La mala es que los inicios y fines de etapa caen en lugares casi despoblados, sin alojamiento, ni transporte, ni ningún otro servicio necesario para acometer la propuesta. Cuesta creer que a nadie le resulte extraño este sentido tan alejado de la realidad rural y de la práctica del turismo activo. ¿Mejorará?