Y no como los de Calle 13. Tenemos desde hace tiempo echado el ojo a unas rutas por los montes vascos. Todas las rutas que ofrecemos han sido previamente rodadas de cabo a rabo por nosotras. Así que este veranito repetí destino por allí, para explorarlas con más detalle. Con el bus llegué a Pamplona, donde Víctor y su camarada, de la ‘warm shower list’ me hospedaron esa noche. Al día siguiente salí rumbo a Lekumberri. Los alrededores de Pamplona aguantan mucho tráfico, creo que me equivoqué de salida. Ya por la ribera del río Arakil las carreteras locales son mucho más tranquilas. En Irurtzun paro a tomar un refrigerio. El tiempo se revuelve. Intento encontrar los restos de la vía de tren del Plazaola, que más adelante, ya en el desfiladero del Larraun, encuentro a tramos, irregulares y a veces arbitrarios. Mejor continuar por la carretera local.
En Lekumberri comienza el trazado de la vía verde del Plazaola hasta Andoain (Gipuzkoa). Este recorrido ya nos lo hicimos Carlos y yo en Febrero, así que giro hacia el este y me dirijo hacia Aralar . En Iribas me sorprende la lluvia y me refugio en el soportal de la iglesia. Llueve, llueve, llueve, me quedo dormido… , y ¡ya no llueve!. Me monto en la burra y sigo por la carretera que se adentra por magníficos hayedos en dirección al santuario de San Miguel. La niebla se cierra y todo adquiere un aspecto inquietante. No llueve, pero el xirimiri no deja ver mucho más allá, y tomar decisiones sobre que pista seguir en los cruces se hace difícil. Por suerte, muchos pastores andan por la zona y me orientan.
Se abre el cielo y comienza el espectáculo. Llego a los refugios de Errenaga, donde hay uno público, limpio y en buen estado, y una fuente. El atardecer me deja ver todas las praderas de alrededor, famosas por sus muchos menhires. Poco a poco vuelve la niebla y lo envuelve todo: a descansar.
El día siguiente amanece con niebla y me oriento siguiendo las balizas de los distintos GRs. En la majada de Doniturrieta hay un tramo trialero y el camino se reduce a una senda, estrecha pero factible hasta las bordas de Enirio. Desde aquí la senda se hace cada vez más impracticable hasta llegar a un bosque de hayas y un arroyo que obligan a empujar la bici más de una vez. Salgo a una pista y en pocos metros estoy en el embalse de Lareo. Sigo las indicaciones hacia Lizarrusti y el trazado del antiguo ferrocarril que hicieron hasta unas canteras ahora abandonadas. Algún tramo asomado al vacío, un túnel, y un espectacular hayedo me dejan en la antigua casa de miqueletes, ahora convertida en Parketxea, donde paro a tomar un refrigerio y conocer de cerca este bonito e histórico albergue. Toca bajar. Me lanzo por la vertiente giputxi y bajo el valle de Ataun, entre hayedos y caseríos.
Abajo comienza la zona industrial de Beasain, y el bidegorri, que llega hasta el mero Donosti. Yo lo sigo en dirección contraria y acabo en Ormaiztegi. De aquí son unos pocos km más por carretera hasta subir a Zumarraga, por donde pasa la vía verde del Urola. Otro refrigerio y a pedalear entre túneles y viaductos hasta Azkoitia. Ahora toca subir la última cuesta del día, el puerto de Azkarate. Afortunadamente, han desdoblado la carretera y la antigua discurre un tanto separada y prácticamente sin tráfico. La bajada me deja en un suspiro en Elgoibar, desde donde puedo pillar el tren y regresar a casa.
Aún nos quedan algunas rutas en el tintero por esta zona, pero ya podamos ofertaros una bien bonita, que une Pamplona y San Sebastían y recorre la vía verde del Plazaola.