Otra de hoces

Las Hoces del Riaza

Por la meseta norte castellana, en la provincia de Segovia, hay una serie de hoces en la cabecera de algunos de sus ríos que han creado unos desfiladeros pequeños pero muy hermosos, siempre en rocas calizas y muy interesantes por su cantidad de aves. Nosotras ya hemos explorado un par de ellas: las del Duratón y el San Juan, y las de los ríos Pirón y Viejo. Esta primavera nos fuimos a rodar por las del río Riaza.

El espacio natural protegido es más grande, pero las hoces son más pequeñas que las de Duratón, pero más accesibles al estar muy cerquita de la A1, a la altura de Milagros. En la gasolinera de este pueblo puedes comprar algo de refrigerio, leche, pan. Todavía se puede leer el cartel del Primer Premio de Embellecimiento de la Provincia de Burgos en 1972. El río Riaza, afluente del Duero, es el protagonista en este espacio natural, donde encontramos el embalse de Linares del Arroyo, la mayor reserva acuífera de la zona y el lugar de residencia de cientos de aves, particularmente de buitres leonados.

Empezamos desde Milagros y llegamos a Montejo de la Vega de la Serrezuela, donde está el Centro de Interpretación. No paramos mucho y seguimos aguas arriba, pasando de la orilla izquierda a la derecha leemos en un cartel la necesidad de permiso del 1 de enero al 31 julio para atravesar esas zonas. Brrr. Seguimos hasta el arroyo del Casuar y tenemos que vadear el río, helado por esas fechas. Al otro lado descansamos en la Ermita de Casuar, bonitas ruinas románicas del s. XII.

Los bosques de sabina albar dominan casi todo el paisaje. Salimos de la zona restringida, ¡uf!, y seguimos aguas arriba hasta la presa. Desde ahí salimos del soto fluvial al páramo estepario. Por carreteras locales hacemos unos pocos km y ya en pista bajamos a la orilla del embalse, siempre más agradecida. De vuelta a la carretera ya aparece el pueblo de Maderuelo en el horizonte, que forma parte de la red de Los Pueblos Más Bonitos de España.

Tenemos que subir para alojarnos y bajar al río para cenar. Nos encontramos en los bordes de esa región que ahora conocemos como la España vacía. Un territorio olvidado por las inversiones y el desarrollo, falto de recursos y servicios sociales, despoblado. No hay gentes por estas tierras. La media de población cae a 1.0/km2 en Maderuelo, en Montejo 5.5/km2. No hay tiendas, sólo bares con sus mejores momentos los festivos.

Ya por pistas más mesetarias llegamos al cruce con la ermita de Hornuez, y de allí en ligera ascensión por carretera hasta Valdevacas de Montejo. Buen descenso hasta Montejo y por la carretera de la margen derecha decidimos regresar a Milagros.