Mientras andábamos explorando La ruta de don Quijote en bicicleta, ya cerca de Ciudad Real, en el Parque arqueológico de Alarcos me encontré con varios panfletos y trípticos de lugares de la Mancha con relevancia arqueológica. Me acuerdo del Tolmo de Minateda, cerca de Hellín, que exploramos en nuestra ruta Albacete desconocido. Pero el impacto gordo vino del folleto de la Motilla del Azuer, cerca de Daimiel. ¡Menuda fortaleza! Esto hay que verlo de cerca. Pero como la ruta del Quijote no pasaba por allí, la idea de conocer en bici la motilla se quedó en el cajón.
Este año, unas sugerencias (exceso de abrojos y pinchazos, las sangüijuelas, brrrrr….) de unos clientes que se hicieron La ruta de don Quijote en bicicleta, me llevaron a cambia la ruta desde Almagro hasta Puerto Lápice. Antes rodábamos hacia Alarcos y Ciudad Real, para pasar por Carrión de Calatrava y luego ir al castillo de Calatrava antes de llegar a las Tablas de Daimiel. Y ahora nos desviamos hacia Daimiel, y así tenemos la oportunidad de conocer la sorprendente Motilla del Azuer.
Para explorarlo me pillé el bus a Puerto Lápice y de allí a las Tablas por la ruta que ya conozco. A pesar de las fechas y de que los campos empiezan a agostarse, pero me sorprendió la explosión del carrizo, tanta agua y tantas aves. Hasta vi unos flamencos y todo. En el Centro de Visitantes me dijeron que tan sólo estaba al ¡30% de su capacidad! A ver cuando dejan de robar agua de estos acuíferos…
Unos pocos km por una carretera local me llevaron a Daimiel y fui directo al Museo Comarcal. Al verme llegar en bici me facilitaron un espacio para guardarla y agua fresquita. Todos los sábados hay tres visitas guiadas y los domingos dos. La visita comenzó con una introducción en las culturas antiguas en las salas del museo, seguidamente del traslado en microbus a la motilla, a escasos 10 km del centro del pueblo. Allí nos recibió un arqueólogo que nos guió por el recinto y nos enseñó el pozo más antiguo de la península, la torre, las murallas concéntricas, los exteriores residenciales, las cuadras, y algún enterramiento. Una pasada.
De vuelta a Daimiel seguí explorando un poco la zona. Tomé rumbo a Manzanares por pistas y carreteras locales, remontando el río Azuer. Allí se puede disfrutar de sus impactantes silos decorados por los Titanes o de su curioso paseo del sistema solar. Desde aquí hay trenes y buses.