Arnedillo

El balneario de Arnedillo

Este pasado mes de junio fui con un colega a la Criticona, la reunión anual de las masas críticas de ciclistas de todo el estado. Este año la reunión fue en Iruña-Pamplona y después de su fantástica Txirrinkona, nos fuimos a dar una vuelta a explorar la ribera alta navarra (¡Próximamente en sus pantallas!).

Tras un par de días por allí llegamos a San Adrián, a orillas del río Ebro y de allí en pocos km a Calahorra, a situada en un cerro sobre el río Cidacos. Desde su ribereño Parque del Cidacos comienza la vía verde del Cidacos, un ferrocarril que funcionó para sacar mineral de carbón del valle de Préjano. El trazado de la vía llegó hasta la villa termal de Arnedillo, pero en los años 60 del siglo pasado apagó las locomotoras.

Los primeros km la vía corre paralela a la carretera hasta los alrededores de Autol. Nosotros allí tomamos un refrigerio y continuamos por la vía verde. En poco llegamos a Quel, con sus escarpadas paredes de arenisca coronadas por su castillo. Un poco más allá y estábamos ya en Arnedo, donde nos desviamos para almorzar algo y visitar sus famosas cuevas de los 100 pilares. A pesar de estar en la oficina de turismo a tiempo para la siguiente visita, el hecho de acercarnos en bici provocó un cortocircuito en las neuronas de las personas a cargo de la Oficina, que no vieron claro donde podíamos dejarlas y nos dejaron con la miel en los labios.

Continuamos un poco más y pasamos el ramal del valle de Préjano. La vía verde toma altura y aparecen las Peñas de Arnedillo. Dejamos atrás el mirador del buitre y entramos en el pueblo. A las orillas del río hay unas pozas de agua termal, con agua, ducha y WC. Un poco más arriba se encuentra el balneario, con sus famosos baños de barro. Las atracciones de Arnedillo y sus alrededores son un complemento ideal para pasar unos días combinando relax y acción. Otra de turismo termal.