Una vez que rodé el Camino Natural Corredor Cáceres-Badajoz, pillé un tren en Badajoz y presenté en Mérida. Según salgo de la estación me voy a ver el espectacular acueducto de los Milagros, coincido con una carrera popular que acaba bajo el acueducto, ¡toma ya!. Siguiendo indicaciones del camino de Santiago encuentro una carretera local con carril-bici hasta el embalse de Proserpina, donde se puede apreciar una presa romana. Hacia el norte, bajo una encina y al lado de las cigüeñas, encuentro un buen abrigo para pasar la noche.
Al día siguiente pedaleo por toda la orilla del embalse,. Los pescadores duermen con sus cañas echadas. Sigo el camino de santiago para acercarme a la conducción de Rabo de Buey. Tras pasar bajo la autovía y rodar un poco por la carretera nacional N-630 comienzo a ver los registros de la alcantarilla romana. Hay un registro abierto que te permite adentrarte y ver que tras más de 2000 años el ingenio hidráulico sigue funcionando. Me acerco de nuevo a Mérida y empiezo a ver los restos del acueducto de San Lázaro. Llego a las termas y veo el cartel de los Caminos del Agua Romana. Es el punto final y me da la idea de adaptarlo a un recorrido en bici.
Tras un par de días de descanso en los baños de Alange vuelvo a Mérida con las pilas puestas. Voy a hacer todo el recorrido original en bici. Así que empiezo en la Fuente Monumental del Cerro Calvario y tras más de 20 km vuelvo a las termas. Realmente muchos tramos no merecen la pena hacerlos en bici, pues hay cruces de vías, falta de vestigios atractivos… Ahí quedan esos caminos del agua romana de Mérida en bici.