Hace tiempo que nos apetecía ver las estrellas un poco más cerca, con un telescopio y con alguien que nos ayudara a explorar el cielo. Por supuesto, iríamos allí en bicicleta. Así que el pasado mes de Febrero, aprovechando un fin de semana despejado, nos fuimos a visitar un observatorio astronómico. Elegimos uno cerquita de Madrid, a unos 10 km de Talavera de la Reina: el OAS, Observatorio Astronómico de Segurilla. El OAS es un observatorio de aficionados a la astronomía dedicado al disfrute de la naturaleza y del cielo nocturno.
Nos subimos al bus con nuestras burras envueltas en bolsas. SAMAR, la empresa de autobuses, no cobra extras ni pone pegas en viajar con bicis, eso sí desmontada la rueda de adelante y envuelta. Así que llegamos a la ciudad toledana y en un par de horitas nos subimos por dehesas y pistas hasta Segurilla. El observatorio astronómico se encuentra a un par de km del pueblo. La cita en la estación es a las 19:30, al atardecer y allí llegamos. Nos reciben Santos y Jose María, miembros de la asociación astronómica MEL 111 que ha promovido este observatorio.
La visita comienza con una explicación sobre orientación en el cielo y en el espacio. Frente a nosotros la sierra de Gredos nevada es iluminada por los últimos rayos del sol. Detras del edificio principal se encuentra la Plaza de las Estrellas, un observatorio solar natural, de planta circular y con hitos de piedra señalando los puntos cardinales y los equinoccios de primavera y otoño, junto con los solsticios de verano e invierno. Aquí nuestros anfitriones nos introducen en el mundo de las estrellas, los rumbos, las distancias astronómicas, los planetas, las constelaciones... El frío muerde un poco y ahora ya pasamos a la acción: vamos a observar las estrellas con el telescopio, un MEADE de 16 pulgadas, que se encuentra alojado debajo de una cúpula de 2,7 m de diámetro. Empezamos con la luna, luego Júpiter, la nebulosa del cinturón de Orión, la galaxia Andrómeda... Un buen paseo por las estrellas. Finalmente bajamos al salón principal y vemos un vídeo divulgativo, nos enseñan un libro especializado y charlamos un poco sobre el proyecto del OAS.
Toca volver a la bici. Ya es de noche y nos pertrechamos de chalecos, frontales y luces para mayor seguridad. Nos vamos a casa de unos amigos en Gamonal, a unos 10 km del OAS. Los primeros discurren por carretera, y a partir de Mejorada, ya en pista. Se siente algo especial al rodar de noche, todo más despacito y con mucha cautela en las cuestas abajo. La luna esta comenzando a crecer, pero a esta hora ya casi se oculta por el horizonte. Los perros ladran y de vez en cuando un par de ojitos brillantes nos acechan desde las veredas del camino.
Al día siguiente volvemos a rodar la ruta nocturna. Desde aquí se divisa una línea de atalayas árabes del siglo XI que nos sugieren otra bonita ruta por las Tierras de Talavera. Esa ya os la contaremos cuando la acabemos, pero ahora, ya podeis ver como veniros a las estrellas en bici.